jueves, 27 de abril de 2017

El mundo en que no sabemos vivir

-Para que conste, yo les dije que esto era mala idea –susurró Alex, pegando su espalda todo lo que podía a la pared. Por su parte, Kenrick encontró el momento oportuno en aquella situación, para regalarle un golpe de lleno en la cara al chico. – ¡¿Quieres callarte?! ¡Lo menos que necesito ahora, es escucharte decir que eres muy listo! –gruñó el moreno, mientras sus ojos se paseaban por el lugar, buscando una forma de salir de ese lío. Por su parte, Rina soltaba un suspiro de exasperación, a pesar de que momentos antes, temblaba de miedo, igual que una gelatina en pleno terremoto. –Uuughh, pero que exagerados son –se quejó, sacando de su bolsito un apuntador láser.

Al momento en que la lucecita roja tocó el suelo, aquellas criaturas de rostros pixeleados centraron su atención, enteramente a ella. Como si fueran pequeños gatos, sus cabezas giraban a donde fuera que Rina apuntara, contorsionando sus negros cuerpecillos de una forma asquerosa. A un lado de la chica, Alex y Kenrick miraban la escena, anonadados. Si esto fuera una caricatura, seguramente sus mandíbulas hubieran caído hasta el suelo. Al sentir la mirada de los chicos en ella, Rina solo se volvió a verles, con una enorme sonrisa en los labios. – ¿Qué?

***

Los tres chicos se encontraban ahora, refugiados en una clase de bodega, jadeando a causa de la carrera que tuvieron que tomar para liberarse de las criaturas. – ¡¿Un apuntador láser?! –resonó la voz de Kenrick por el lugar, luego de varios minutos de silencio. –Nunca sabes cuándo puedes necesitar uno –respondió la chica, haciendo una señal de victoria con la mano. Kenrick le miró con fastidio. – ¡Como sea! ¿Qué tanto llevas en esa cosa? –el moreno alargó la mano para abrir el bolso de Rina, pero una mano le detuvo de la muñeca, solo para encontrarse con el rostro aterrorizado de Alex. –El bolso de una mujer es un misterio. Es… es como si fuera otro universo, tal vez un hoyo negro. Una vez que algo entra allí, es posible que no lo vuelvas a ver.

Los ojos abiertos de par en par, el color había abandonado su cara, y en su casi inaudible voz se podía percibir el terror. Rina y Kenrick le miraron confundidos, cruzando entre ellos la mirada varias veces, como si estuvieran en una pelea mental; que fue terminada, solamente, por el golpe en la cabeza que el moreno le propinó a Alex, quien solo se hizo bolita en el suelo, lloriqueando por el dolor. –Déjate de tonterías –reprochó Kenrick, alejándose disimuladamente de la chica y su bolso. –Más vale ser precavido –pensó, dándole la espalda a sus amigos. –Lo que nos concierne ahorita, es saber cómo demonios salir de aquí –escucharon hablar a Kenrick, quien se paseaba a su alrededor, como león enjaulado.

Rina, como siempre, ignoraba al moreno, y había corrido al lado de Alex para ver cómo se encontraba. –Pues por la puerta, por el mismo lugar que entramos –repuso Alex, sin dejar de sobar su cabeza, como si esa respuesta fuera bastante obvia. Kenrick se volteó para reclamarle, pero se quedó congelado en su camino. Un extraño sonido comenzaba a aumentar, dándole a entender a los chicos que no estaban solos en aquella especie de fábrica abandonada. –Suena asqueroso –murmuró Rina, temblando un poco a causa de los escalofríos. – ¿A quién llamas asqueroso, bolsita de carne, señorita? –una fuerte voz retumbó en las paredes, haciendo que los 3 chicos se abrazaran por el miedo.

Frente a ellos, una gran masa babosa se alzaba, mirándolos con lo que parecían ojos, o unas simples bolas disco; ninguno estaba seguro. Su gelatinoso cuerpo, seguía temblando por el movimiento; incluso, podían ver a través de él; claro, algo borroso, pero aun así, podían admirar el otro lado del lugar. – ¡L-lo siento! –chilló la chica, usando a Alex de escudo. El monstruo gelatinoso se agachó, si es que era eso lo que había hecho, acercando su extraña cara a los jóvenes. Por su parte, los niños solo lograron tragar saliva con dificultad. – ¡Lamentamos mucho eso, señor! ¡Por favor, no nos coma! –gritó Rina, escondida aún tras los chicos, completamente aterrorizada. Aquella criatura se soltó a reír a causa de las palabras de la chica. –No ser buena educación comer a invitados –respondió luego de lograr calmar su carcajada.

Los muchachos se voltearon a ver, confundidos. – ¿Invitados? –susurró Kenrick. –Eso dijo –añadió Alex. –Ammm –la voz de Rina volvió a sonar, –perdone que hayamos entrado sin tocar –añadió la chica, con algo de duda en la voz. – ¿Tocar? –los chicos dieron un brinco ante el tono que la criatura había empleado. Lo que lograban descifrar de su expresión, era sorpresa y enojo. – ¡¿Pensaban tocar?!

– ¿Acaso eso… está mal? –se aventuró a preguntar Alex, mientras el otro par de chicos se encogían en su lugar. – ¡Muy mal! ¡Mala educación! –la rosada masa gelatinosa que conformaba al monstruo, comenzó a tornarse de un rojo oscuro. –Espere, ¡¿quiere decir que entrar como si nada es bueno, pero tocar la puerta para pedir permiso a entrar, es malo?! –explotó Kenrick, harto de todo eso. –Bolsita de carne, jovencito, buen modal –respondió la masa, volviendo a su rosado color, sonriendo amistosamente. –Ok –murmuraron los 3 jóvenes al unísono, no muy convencidos por lo descubierto. –Por aquí, por aquí –llamó el monstruo, absorbiendo su propia cara, para expulsarla por el otro lado. –Bueno, al menos eso se evita que tenga que dar la vuelta por completo –murmuró Rina, encogiéndose de hombros, y siguiendo a su “anfitrión”.

Una enorme sala, con una sola y gran mesa en el centro,  unas pequeñas bolitas peludas, comenzaron a acercar varias sillas a la mesa, mientras que otras, llamaban la atención de los muchachos para encaminarlos a sus respectivos asientos. Por su parte, Rina estaba encantada con aquellas criaturas, y no pudo evitar tomar una de esas bolitas, abrazándola con ternura y emoción. –Deben tener hambre –resonó la voz del monstruo, quien ocupaba su lugar en la cabecera de la mesa. Los platos con comida volaron hasta la mesa, colocándose frente a los chicos. –Bueno, al menos esto parece comestible –sentenció Kenrick, mirando por todos lados el platillo. Alex, algo aterrado por lo que el monstruo gelatinoso pudiera pensar, le dio un codazo al moreno, sin apartar la mirada de su anfitrión. –Que muchacho tan amable –soltó una risotada, visiblemente conforme con la actitud algo altanera de Kenrick. Los chicos se miraron, confundidos. –Parece ser que comportarte como un patán es bien visto –murmuró Rina, acercándose a sus amigos.

***

- ¿Y qué los trae aquí? –preguntó Johon, con cierta pereza. Rina, se encontraba completamente dormida, recargada en el hombro de Alex; y los chicos, luchaban por no quedarse dormidos. –Buscamos algo que una serpiente nos obligó a encontrar –respondió con cierto fastidio Alex, recordando el trato que tuvieron que firmar. Johon asintió lentamente. –Comprendo… pero no responder pregunta –añadió, atrayendo la atención de los muchachos. –Huimos de unas cosas con cara pixeleada…se veían raros –contestó Kenrick. Los ojos brillosos de Johon se abrieron de par en par. – ¡Traigan  mochilas! –exclamó, haciendo que todas aquella bolitas peludas corrieron de un lado a otro, trayendo consigo 3 mochilas. –Necesitar mucha ayuda –continuó Johon, mirando con cierta preocupación a sus amigos. –Catpix muy peligrosos –susurró, mirando a las ventanas. – ¿Catpix? –preguntó algo incrédulo Kenrick.

***

-Bien, eso fue raro –murmuró Kenrick, mientras los 3 despedían con la mano a Johon. – ¿Lo dices por su gelatinoso ser? –preguntó Rina, emprendiendo la marcha. –Eso es aparte… no había nada de lógica en ese lugar.
-Tienes razón… nunca había dicho tantas groserías en mi vida –concordó Alex, temblando un poco.
-Ni yo, pero fue divertido… ¡y me dejó quedarme con este amiguito! –exclamó contenta la chica, alzando en sus manos la bolita peluda, que ronroneaba alegremente. –Y estas mochilas tienen varias cosas que nos pueden ayudar… raras, pero útiles –añadió Kenrick, bastante satisfecho con su carga.

***

-Me sorprende que llegaran a la mitad de este templo –exclamó Amisha, aplaudiendo lentamente. -Pues casi… en el camino, nuestro amado Alex perdió la vida –comentó Rina, comenzando a llorar dramáticamente.
-¡¿Qué?!
-Aún puedo escuchar su molesta voz, haciendo ridículas preguntas bastante obvias -secundó Kenrick, abrazando a Rina, uniéndose al falso llanto.
-¡Oigan! ¡Aquí sigo! –reclamó Alex, golpeando a sus amigos; mientras Kenrick y Rina no dejaban de reír como locos. Por su parte, Amisha les observaba confundida, sin saber que pasaba con sus rivales. – ¡Silencio! –gritó, lanzando una espada a los chicos, parando su juego. Los tres jóvenes lanzaron un gritito ahogado, como vil niñas, exceptuando a Rina, que siguió riendo ante la reacción de sus amigos. – ¡Deberían estar temblando de miedo! ¡Hacerse del baño en los pantalones! ¡No riendo como idiotas! –explotó la mujer, roja como señalética. – ¡Miren, parece semáforo! –exclamó Alex, señalando descaradamente y riendo.

Los tres comenzaron a reír, aumentando la ira de Amisha. – ¡Cállense! ¡Catpix, atrápenlos! –y las risas de los amigos cesaron al momento de ver aquellos rostros pixeleados. – ¡Más vale aquí corrió, que aquí murió! –exclamó Alex, tratando de levantarse del suelo y empezar su huida. Al principio, los chicos corrieron en diferentes direcciones, solo para terminar juntos de nuevo. Por su parte, la risa dramática de villana de anime de los 90’s de Amisha sonaba por todo el lugar, poniendo más nerviosos a los chicos.

Fue cuestión de minutos, para que los Catpix los arrinconaran, listos para acabar con ellos. –Si tan solo supiéramos como deshacernos de estas cosas –chilló Rina, abrazando a ambos chicos; ignorando el forcejeo de Kenrick. – ¡Eso es! –gritó Alex, tratando de arrebatarle su bolso a la chica. –Alex, no es momento de sacar tu lado afeminado –reclamó Kenrick, mirando como su amigo trataba desesperadamente de sacar algo de ese lugar. Una sonrisa de oreja a oreja iluminaba la cara del chico, y bien pudieron escuchar la tonada de TLoZ al momento en que Alex alzó triunfante el apuntador láser. –Y volvió a sacar su lado nerd –murmuró Rina, con cierto aburrimiento. – ¡No, es perfecto! –le siguió Kenrick, – ¡usará sus conocimientos para matar de aburrimiento a los Catpix!

El aludido miró con cierto enfado a sus amigos, mientras estos comenzaban a reír, olvidándose momentáneamente de su situación. –Sigan riendo, tarados. Pero me lo van a agradecer –soltó, dándoles la espalda. Esperó a que aquellas criaturas se acercaran más, encendiendo el apuntador, y dejando caer la lucecita roja en el suelo. Las cabezas pixeleadas bajaron la mirada hasta aquel punto extraño, o eso parecía. Cada vez que la luz se movía, las caras giraban con ella. –Tengo una idea –susurró Kenrick al oído de Rina, solo para levantarse, y arrebatarle el apuntador a Alex. La luz comenzó a viajar por el enorme salón, y tras ella, los Catpix le seguían, completamente entretenidos. – ¡¿Qué hacen, idiotas?! ¡Atrapen a esos tres! –gritaba Amisha, siendo ignorada olímpicamente.
Una enorme sonrisa traviesa apareció en los labios de Rina. –Hey, ¿me prestas MI apuntador?
–Todo tuyo, niña.

Rina comenzó a dirigir a los Catpix en diferentes direcciones, apartando la lucecilla de sus vistas. Al no tener su distracción, las criaturas se giraron a los jóvenes. –Hey, chicos –canturreó Rina, señalando a donde se encontraba Amisha. En la frente de la mujer, un puntito rojo bailoteaba, debido al pulso de Rina. Con paso lento, los Catpix comenzaron a rodear a su jefa, sin que esta supiera que pasaba. Y antes de descubrirlo, sus esbirros saltaron sobre ella, sepultándola entre golpes y arañazos.

***

–Bien, aquí está.

Con la ropa hecha jirones, la piel llena de tierra y moretones, y el cabello más parecido a un nido de aves, los chicos le entregaron a Neak un bulto. –Bien hecho, jóvenessss –sisieó la serpiente, acercándose a su “premio”. – ¿Y bien? ¿Nos dirás como salir de aquí? –la voz impaciente de Kenrick se hizo presente. – ¡Oh! Esssso esss sssensssillo –habló Neak, –la sssalida essstá por allá –su puntiaguda colita señaló una puerta negra, que bien podía camuflarse entre las paredes. Los tres chicos se dejaron caer al suelo, derrotados. – ¡Este  mundo no tiene sentido! –se quejó Rina, pataleando a modo de berrinche. –Dímelo a mí –continuó Alex, poniéndose de pie. –Digo, ¡¿para qué una serpiente necesitaría unos pantalones?! –preguntó, señalando con ambas manos la prenda completamente nueva.

– ¿Qué? –Neak paseó sus ojos entre los chicos, quienes ahora caían en la cuenta, de que pasaron un montón de ridículas situaciones, para llegar a algo más ridículo. –Lasss ssserpientesss también necesssitamosss calor… y essstosss pantalonesss ssson perfectosss –añadió, deslizándose por una de las piernas de la prenda, para terminar de asomar su aplanada cabeza por la otra pierna. –Ahora sssí, podré dormir bien.

–Eso es todo, yo me largo de aquí.
–Nada en este lugar tiene sentido alguno. Naaaadaaaa.
–Yo me divertí.
–Rina, tú te diviertes con todo.
– ¡Eso no es verdad, Kenrick!
–De hecho, él tiene un punto.
– ¡¿De qué lado estás?!
–Cierren la boca, y vayámonos de aquí, antes de que alguna estupidez nueva, pase.

Y así fue como nuestros héroes lograron salir de aquel mundo tan torcido, donde nunca lograron entender cómo funcionaban las leyes de la física… si es que tales leyes existían; deseando no volver a pisar ese lugar.



Welp... esta es una pequeña historia, que tiene que ver con los personajes principales del cómic. Un one-shot, de una historia paralela a la principal.

lunes, 24 de abril de 2017

Cecil Palmer






Este dibujo, fue parte de un ejercicio de la clase de Compisición Digital. Decidí hacer un fanart de Cecil Palmer, personaje principal del podcast Welcome to Night Vale. Para crearlo se hizo primero el boceto, el clean, se le aplicó color, y finalicé con el fondo. La idea del ejercicio era el utilizar diferentes pinceles, texturas y filtros.

Movie Poster






Este "cartel de película" fue el resultado de un ejercicio con Photoshop. El fin era convertirnos en zombies,usando máscaras y texturas, aplicadas en imágenes de objetos tales como: piedras, pasto, tierra, corteza etc. Además del uso de filtros para darle a la imagen, un tono más tenebroso.

Howdy






Welp... no se hacer introducciones :D Como verán, mi nombre es MariSponge, y soy estudiante de la carrera de Producción y Animación.
En este blog, publicaré trabajos que he hecho a lo largo de la carrera, así como un web-cómic. Este cómic será el principal producto del blog. ¡Espero que les guste!